martes, 22 de abril de 2014

Unos días de pesca en la costa de la muerte.

Esta Semana Santa he pasado unos días en Caión y he tenido la gran suerte de poder compartir un par de salidas con Miguel Piñeiro, al que todos conocéis por su blog Solorobalizas.


Hemos salido de pesca juntos dos días,en los que la mar estaba bastante clamada y totalmente transparente, y en los que el pescado no ha dado la cara, aunque lo hemos intentado en algunas puestas en las  que Miguel  suele pescar habitualmente y que me aseguraba que son de lo mejor de la zona.

El primero amanecer compartimos la salida con su vecino "barreiros", que capturó una lubinita de unos 30 cm., que rápidamente devolvió al agua y más tarde Miguel capturaría una aguja, que también volvió rápidamente al agua, tras unos cuantos ataques y persecuciones de otras agujas, cesó la actividad y cambiamos de puestas en varias ocasiones, sin ver más pescado, a pesar de que probamos tanto con minnows como con vinilos.

En la segunda salida estuvimos Solos. El agua seguía igual de calmada y la actividad no fue muy diferente a la del día anterior.



Mientras Miguel preparaba la cámara para grabar la salida empecé a pescar y al segundo o tercer lance obtuve la única captura de la mañana, un pequeño abadejo o zarreta, poco mayor que el Daiwa Shore Line que estaba utilizando en esos momentos.






















Más tarde estaríamos un rato entretenidos viendo como las agujas saltaban frente a nosotros,perseguían nuestros señuelos y notábamos sus ataques, pero sin llegar a clavarse.

La última salida me tocó hacerla a mi solo, la mañana estaba nublada y lloviznaba un poco. Me dirigí a las mismas puestas que me había enseñado Miguel y en las que habíamos pescado en las dos salidas anteriores, pero para despedirme el Atlántico me tenía reservada una pequeña muestra de su fuerza.






















Las olas que rompían contra las rocas esa mañana me impedían acercarme a las zonas que más o menos conocía y solo encontré una bajada en la que me sentía seguro.

Empecé como en la jornada anterior con un Shore Line (Color Anchovy), las algas molestaban bastante, pero en en uno de los lances bingo picada, los diez primeros segundos, pensé que por fin tenia mi primera lubina, gallega, pero con el primer salto me dí cuenta de que lo que había picado era una aguja.

Foto y al agua.



Después probé con la artillería pesada, cucharillas y chivos, pero sin resultado.

Unas fotos más y a recoger para la vuelta a casa.
























S2.